
Ola de frío polar azota la Patagonia: Causas y consecuencias del fenómeno climático extremo
En un giro inesperado de los acontecimientos, la región patagónica se ha visto sumergida en una ola de frío sin precedentes, desafiando las expectativas climáticas y poniendo a prueba la resiliencia de sus habitantes y su fauna. Con temperaturas que han descendido hasta los -15°C en algunas zonas de la Patagonia argentina, este fenómeno ha capturado la atención de científicos y público en general, planteando interrogantes sobre sus causas y su posible relación con el cambio climático global.
El escenario helado: Una Patagonia transformada
La escena es casi surrealista: patos congelados en estanques, ovejas atrapadas entre montañas de nieve, y personal militar desplegado para llevar alimentos a zonas aisladas. Este panorama, más propio de una película apocalíptica, es la realidad que enfrenta la Patagonia en julio de 2024. Pero, ¿qué ha provocado esta situación extrema?
El vórtice polar: El protagonista invisible
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago de Chile, arroja luz sobre este fenómeno:
"Se trata de un fenómeno inusual, y puede que tampoco sea el último."
La explicación científica detrás de este frío extremo radica en el comportamiento del vórtice polar antártico. Este cinturón de fuertes vientos, que normalmente mantiene el aire frío confinado sobre el Polo Sur, se ha debilitado de manera inusual, permitiendo que masas de aire polar se escapen hacia zonas habitadas del hemisferio sur.
Las altas presiones: El empuje hacia el norte
El mecanismo detrás de esta ola de frío es fascinante:
Las altas presiones en el extremo sur del continente actúan como un gigantesco abanico.
Estas presiones arrastran el aire polar hacia el norte.
El resultado: temperaturas extremadamente bajas en regiones que no están preparadas para ello.
Un fenómeno recurrente: La segunda ola en tres meses
Lo más alarmante es que esta no es la primera vez que ocurre en el año. De hecho, es la segunda ola de frío que golpea la región en apenas tres meses, lo que plantea preguntas sobre la frecuencia y severidad de estos eventos en el futuro.
Impacto global: ¿Un fenómeno aislado o una señal de cambio?
Mientras la Patagonia tirita, el resto del mundo observa con atención. ¿Podría este fenómeno tener repercusiones más allá de Sudamérica?
Australia y Nueva Zelanda: Los próximos en la lista
Cordero advierte que es probable que Australia y Nueva Zelanda también experimenten olas de frío extremo. De hecho, ya se han registrado señales alarmantes:
El 18 de julio de 2024, una estación meteorológica en Queensland, Australia, registró la noche más fría en 120 años.
Un respiro para los campos de hielo
En medio de la adversidad, surge un pequeño rayo de esperanza. Los campos de hielo de la Patagonia, que cubren más de 10,000 kilómetros cuadrados en la frontera entre Chile y Argentina, podrían beneficiarse marginalmente de este frío extremo.
Cordero explica:
"Pierden en promedio entre diez mil y quince mil millones de toneladas de hielo cada año. Aunque las olas de frío recientes no cambiarán esta tendencia, quizás al menos hagan que este año el balance sea menos negativo."
El elefante en la habitación: ¿Es esto el cambio climático?
La pregunta que todos se hacen es si este fenómeno está relacionado con el cambio climático. La respuesta, como suele suceder en ciencia, no es sencilla.
Estudios contradictorios: El debate científico
Algunas investigaciones, principalmente enfocadas en el hemisferio norte, sugieren una posible conexión entre el cambio climático y las olas de frío extremo:
Un estudio de 2012 del Centro de Investigación Climática Woodwell propone que el calentamiento acelerado del Ártico podría estar afectando las corrientes de aire que controlan el clima.
Otra investigación del MIT en 2021 sugiere que los cambios en el Ártico podrían modificar el vórtice polar estratosférico, provocando olas de frío extremo.
Sin embargo, la comunidad científica está dividida. James Screen, catedrático de Climatología de la Universidad de Exeter y colaborador del IPCC, tiene una visión diferente:
"No creo que el calentamiento del Ártico tenga mucho que ver con los fríos extremos en las latitudes medias. Nuestro trabajo ha demostrado que probablemente se explican por la variabilidad natural y se han producido a pesar del calentamiento global, y no a causa de él."
El consenso: Menos frío en el futuro
A pesar de las discrepancias, hay un punto en el que los expertos coinciden: estos eventos serán cada vez menos frecuentes si el CO2 en la atmósfera sigue aumentando.
Screen afirma:
"En la mayor parte del mundo, los efectos de calentamiento del cambio climático superarán cualquier posible efecto de enfriamiento derivado del cambio de los patrones meteorológicos debido al calentamiento del Ártico."
La trampa del negacionismo: Confundiendo clima y meteorología
Es crucial no caer en la trampa de usar estos eventos fríos como argumento contra el cambio climático. Los expertos advierten:
Los negacionistas confunden las variaciones meteorológicas a corto plazo con las variaciones climáticas a largo plazo.
Un único episodio de frío extremo es un fenómeno meteorológico, no climático.
La tendencia global sigue siendo hacia el calentamiento.
Un futuro incierto pero caliente
La ola de frío en la Patagonia nos recuerda la complejidad del sistema climático global. Aunque estos eventos extremos pueden parecer contradictorios, la ciencia es clara: el planeta se está calentando. Cordero concluye:
"El calentamiento global es una tendencia al alza en la temperatura global promedio. Unas pocas olas de frio, por extremas que sean, no van a cambiar esta tendencia."
Mientras la Patagonia se recupera de este golpe helado, el mundo observa y aprende. Cada evento extremo nos brinda más datos para comprender nuestro cambiante clima y, con suerte, nos prepara mejor para enfrentar los desafíos que el futuro nos depara.
Con información de DW.com