
Mercado laboral mexicano sufre pérdida masiva de empleos en junio: ¿Crisis o ajuste temporal?
El panorama laboral en México ha experimentado un giro inesperado que ha dejado a muchos economistas y trabajadores con más preguntas que respuestas. En un viraje que ha sacudido los cimientos de la economía nacional, el mercado de trabajo mexicano se vio azotado por una tormenta de despidos en junio, borrando de un plumazo los avances logrados durante el primer semestre del año. Este fenómeno no solo ha puesto en jaque las proyecciones económicas, sino que también ha encendido las alarmas sobre la estabilidad y resiliencia del empleo en el país.
La cruda realidad en números: Un retroceso alarmante
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), ha revelado cifras que dibujan un escenario sombrío para los trabajadores mexicanos. En junio, el mercado laboral sufrió una sangría de 863,862 puestos de trabajo, una cifra que no solo es impactante por su magnitud, sino también por sus implicaciones a largo plazo.
Esta pérdida masiva de empleos ha tenido un efecto devastador en la población ocupada, que se ha visto reducida a 58.9 millones de personas. Para poner esto en perspectiva, es necesario retroceder hasta diciembre de 2023, cuando la cifra se situaba en 59.1 millones. En esencia, hemos presenciado cómo medio año de progreso laboral se ha evaporado en cuestión de semanas.
Desempleo y desaliento: La otra cara de la moneda
El impacto de esta contracción laboral no se limita a quienes perdieron sus empleos. La tasa de desocupación experimentó un repunte, pasando del 2.6% al 2.8%, alcanzando su punto más alto desde enero. Sin embargo, lo que realmente preocupa a los expertos es el aumento significativo en la Población No Económicamente Activa (PNEA), que creció en 652,669 personas.
Este dato es particularmente alarmante porque sugiere que una gran proporción de quienes perdieron su empleo no están buscando uno nuevo, sino que han optado por retirarse completamente del mercado laboral. Esta tendencia podría tener repercusiones a largo plazo en la productividad y el crecimiento económico del país.
Como resultado de estos movimientos, la tasa de desempleo extendido —un indicador más amplio que incluye a quienes han dejado de buscar trabajo activamente— se disparó del 9.9% al 10.2%, alcanzando niveles no vistos desde principios de año.
La informalidad: Un refugio precario
En medio de esta tormenta laboral, el sector informal ha sido el más golpeado, absorbiendo el 96% de los empleos perdidos. Esto representa una pérdida de aproximadamente 830,391 puestos de trabajo en la economía informal. Por su parte, el sector formal mostró una mayor resistencia, con una contracción más moderada de 33,471 empleos.
Paradójicamente, esta dinámica ha llevado a una reducción en la tasa de informalidad, que pasó del 54.4% al 53.8%, su nivel más bajo desde diciembre de 2023. Sin embargo, esta aparente mejora esconde una realidad más compleja: no es que la formalidad esté ganando terreno, sino que la informalidad está sufriendo un golpe aún más duro.
Sectores en crisis: Nadie se salva
La devastación laboral ha sido democrática en su crueldad, afectando a todos los sectores de la economía. Sin embargo, algunos han sufrido más que otros:
Sector Industrial: Encabezó las pérdidas con 541,961 puestos eliminados. La construcción fue la más afectada, perdiendo 479,531 empleos.
Sector Servicios: No se quedó atrás, con una pérdida de 231,538 empleos. Los restaurantes y los servicios profesionales fueron los más golpeados.
Agricultura, Pesca y Ganadería: Aunque en menor medida, también sintieron el impacto con una reducción de 71,135 plazas.
El rostro humano detrás de las cifras
Detrás de estos números fríos hay historias humanas. Empleadores y trabajadores por cuenta propia fueron los más afectados, concentrando el 92% de la contracción por tipo de ocupación. Esto significa que pequeños empresarios y autónomos han sido los más vulnerables en esta crisis laboral.
María González, dueña de una pequeña cafetería en la Ciudad de México, compartió su experiencia: "Tuve que cerrar mi negocio y despedir a mis tres empleados. Ahora estoy buscando trabajo, pero parece que todos están en la misma situación".
¿Luz al final del túnel?
A pesar del panorama sombrío, algunos expertos sugieren que podría tratarse de un ajuste temporal. El Dr. Carlos Ramírez, economista de la UNAM, comentó: "Históricamente, junio suele ser un mes de ajuste en el mercado laboral mexicano. Sin embargo, la magnitud de la pérdida este año es inusual y requiere un análisis más profundo".
Un llamado a la acción
La pérdida masiva de empleos en junio no solo ha borrado los avances del año, sino que ha puesto de manifiesto la fragilidad del mercado laboral mexicano. Este retroceso exige una respuesta coordinada de todos los sectores de la sociedad:
Gobierno: Es crucial implementar políticas de estímulo económico y protección laboral.
Empresas: Deben buscar formas innovadoras de mantener su fuerza laboral y adaptarse a las nuevas realidades económicas.
Trabajadores: La actualización de habilidades y la flexibilidad serán clave para navegar en este mercado laboral volátil.
Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos esperar una recuperación sostenible y la creación de un mercado laboral más resiliente para todos los mexicanos.