En medio de la turbulencia financiera que sacude los mercados internacionales, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha salido al paso para transmitir un mensaje de calma y confianza en la solidez de la economía mexicana. Durante su tradicional conferencia matutina, el mandatario abordó la situación económica del país frente al denominado "lunes negro" que ha provocado el desplome de las bolsas de valores alrededor del mundo.
El jefe del Ejecutivo federal destacó la resistencia del peso mexicano ante la volatilidad global. A pesar de la depreciación experimentada, López Obrador señaló que ésta ha sido moderada, con la moneda nacional cotizándose en 19.55 pesos por dólar. Esta estabilidad relativa es un reflejo de la robustez de las finanzas públicas y la efectividad de la estrategia económica implementada por su administración.
"Tenemos un margen de protección, no nos afecta tanto (la depreciación del peso) porque nuestras finanzas están muy fuertes", afirmó AMLO, subrayando la capacidad de México para enfrentar los embates económicos externos.
El presidente identificó dos pilares fundamentales que sostienen la fortaleza económica de México en este contexto desafiante:
Reservas internacionales sólidas: López Obrador reveló que, al 26 de julio, el Banco de México (Banxico) contaba con reservas superiores a los 221,000 millones de dólares, lo que representa un récord histórico para la institución.
Apreciación sostenida del peso: El mandatario hizo hincapié en que, a lo largo de su sexenio, el peso mexicano ha experimentado una apreciación constante, algo inédito en las últimas cinco décadas.
"Es la primera vez en 50 años que nuestro peso no se devalúa", enfatizó AMLO, contrastando la situación actual con los gobiernos anteriores, desde Echeverría hasta Peña Nieto, períodos durante los cuales la moneda nacional sufrió devaluaciones recurrentes.
La inestabilidad en los mercados financieros comenzó a manifestarse a finales de la semana pasada, catalizada por el anuncio de un incremento en la tasa de desempleo en Estados Unidos, que pasó del 3.9% al 4.5%. Este dato económico desfavorable desencadenó una ola de nerviosismo entre los inversionistas a nivel mundial.
López Obrador reconoció el alcance global de esta crisis, mencionando que los efectos se sienten "en Japón, afecta en todos lados", pero insistió en que México está en una posición privilegiada para resistir los embates económicos.
El presidente subrayó que la estrategia económica implementada por su gobierno ha demostrado ser efectiva, permitiendo que México mantenga una posición sólida frente a las contingencias internacionales. Esta política se ha basado en principios de austeridad, combate a la corrupción y priorización del gasto social, lo que ha contribuido a fortalecer las finanzas públicas y a mantener la estabilidad macroeconómica.
Aunque el panorama económico global presenta incertidumbres, AMLO se mostró optimista sobre la capacidad de México para navegar estas aguas turbulentas. Sin embargo, también advirtió sobre la necesidad de mantener la prudencia y continuar fortaleciendo los fundamentos económicos del país.
El mandatario hizo un llamado a la unidad nacional y a la confianza en las instituciones económicas mexicanas, destacando el papel crucial del Banco de México en la gestión de la política monetaria y el mantenimiento de la estabilidad financiera.
En un mundo caracterizado por la volatilidad financiera y los desafíos económicos globales, México emerge como un ejemplo de resiliencia y estabilidad. La confianza expresada por el presidente López Obrador en la fortaleza de la economía nacional no solo busca tranquilizar a los mercados, sino también inspirar a los ciudadanos mexicanos a mantener la fe en el rumbo económico del país.
Mientras el "lunes negro" continúa generando ondas de choque en los mercados internacionales, México se mantiene firme, respaldado por sus sólidos fundamentos económicos y una estrategia que, hasta ahora, ha demostrado ser efectiva en la protección de los intereses nacionales frente a las turbulencias globales.
La capacidad de México para "resistir un poco más", como afirmó AMLO, no solo es un testimonio de la fortaleza actual de su economía, sino también un presagio esperanzador para su futuro económico en un mundo cada vez más interconectado y volátil.