En un giro inesperado de los acontecimientos económicos, China está dejando su huella en México, no solo a través de productos importados, sino mediante una creciente ola de inversiones directas. Este fenómeno está redibujando el mapa de la inversión extranjera en el país, planteando tanto oportunidades como desafíos para la economía mexicana.
La presencia china en México ha sido objeto de debate durante años, principalmente por la competencia en sectores como el calzado. Sin embargo, el panorama está cambiando rápidamente. Entre 2021 y el primer trimestre de 2024, la Inversión Extranjera Directa (IED) proveniente de China alcanzó la impresionante cifra de 954.2 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Economía.
Este monto representa nada menos que el 46% de toda la inversión china registrada en los últimos 18 años en México. Es un claro indicador de que el gigante asiático está acelerando su presencia en territorio mexicano, impulsado en gran parte por el fenómeno del nearshoring.
A pesar de este crecimiento significativo, es importante contextualizar la posición de China en el escenario general de la inversión extranjera en México.
China ocupa actualmente el 14º lugar entre los países con mayor IED en México.
Está por detrás de naciones como Japón (4º lugar con 8,103 millones de dólares) y Corea del Sur (8º lugar con 2,560.6 millones).
Estados Unidos, España y Canadá siguen liderando como los principales inversores extranjeros en el país.
La inversión china en México no se limita a un solo sector. Su capital se está diversificando en varias áreas clave de la economía mexicana.
Industrias Manufactureras: Representan el 52.9% de la IED china, con énfasis en:
Fabricación de autopartes
Equipo ferroviario
Tecnología y Servicios:
Diseño de sistemas de cómputo
Servicios profesionales, científicos y técnicos
Hotelería y Turismo:
Pensiones y casas de huéspedes
Departamentos y casas amueblados con servicios de hotelería
La distribución geográfica de la inversión china en México revela patrones interesantes y posiblemente inesperados.
Yucatán: Lidera con 337.2 millones de dólares
Nuevo León: Segundo lugar con 180.6 millones
Ciudad de México: Tercera posición con 134.9 millones
Contrario a lo que se podría esperar, los estados fronterizos aún no son los principales receptores de inversión china. Esto sugiere que el efecto completo del nearshoring aún está por materializarse en estas regiones.
El nearshoring, o la relocalización de centros de producción cerca de Estados Unidos, está jugando un papel crucial en el aumento de la inversión china en México.
Proximidad al Mercado Estadounidense: México ofrece una ubicación ideal para las empresas chinas que buscan acceder al mercado norteamericano.
Costos Competitivos: La mano de obra calificada y los costos operativos en México siguen siendo atractivos para los inversores chinos.
Acuerdos Comerciales: México, con sus numerosos tratados de libre comercio, se convierte en una plataforma ideal para la exportación.
La creciente inversión china en México plantea tanto retos como posibilidades para la economía nacional.
Creación de Empleos: Las nuevas inversiones pueden generar puestos de trabajo en diversos sectores.
Transferencia de Tecnología: La presencia de empresas chinas de alta tecnología podría impulsar la innovación en México.
Diversificación Económica: La entrada de capital en diversos sectores puede ayudar a fortalecer y diversificar la economía mexicana.
Competencia para Empresas Locales: Algunos sectores, como el calzado, ya han experimentado dificultades debido a la competencia china.
Dependencia Económica: Un aumento significativo de la inversión china podría llevar a una dependencia económica no deseada.
Protección de la Industria Nacional: El gobierno mexicano deberá equilibrar la atracción de inversión extranjera con la protección de los intereses nacionales.
En conclusión, la creciente inversión china en México representa un fenómeno complejo y multifacético. Mientras ofrece oportunidades significativas para el crecimiento económico y la modernización industrial, también plantea desafíos que requerirán una gestión cuidadosa y estratégica. El éxito de México en navegar esta nueva realidad económica dependerá de su capacidad para aprovechar las oportunidades mientras mitiga los riesgos potenciales, asegurando que la inversión china contribuya al desarrollo sostenible y equitativo del país.
Fuente: El CEO