En el corazón del desierto de Arizona, entre Tucson y Phoenix, se alza un faro de innovación agrícola: el Centro de Innovación de Bayer. Este complejo de vanguardia, conocido como el centro de Marana, representa la apuesta audaz de la compañía alemana por revolucionar el cultivo de maíz, con implicaciones significativas para el mercado mexicano.
Con una inversión de 120 millones de dólares, este centro de investigación y desarrollo no es solo un testimonio del compromiso de Bayer con la agricultura sostenible, sino también un puente entre la tradición agrícola mexicana y las tecnologías del futuro.
El centro de Marana, operativo desde febrero de 2020, aprovecha su ubicación desértica para optimizar la producción de semillas de maíz. Con más de 2,800 hectáreas de invernaderos climatizados, esta instalación permite hasta cuatro ciclos de cultivo al año, acelerando significativamente el proceso de investigación y desarrollo.
Edson Kemper, director general del centro, revela la complejidad detrás de cada semilla: "Cada genoma en nuestro laboratorio tiene de 10,000 a 20,000 variables individuales. Aquí identificamos las semillas con la genética más adecuada para cada región productiva del mundo".
A pesar de ser uno de los diez principales mercados para Bayer, México mantiene una postura cautelosa frente a los organismos genéticamente modificados (OGM). Un decreto de febrero de 2023 prohíbe el maíz transgénico en la producción de masa y tortillas, así como su uso gradual en alimentación animal.
Frente a estas restricciones, Bayer ha desarrollado Vitala, una tecnología que permite incrementar la producción en el mismo espacio de tierra disponible. Las plantas de Vitala, más resistentes a cambios climáticos, ofrecen un rendimiento hasta 30% superior.
Juan Cortina Gallardo, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), opina: "Tanto el maíz transgénico como los maíces híbridos y los maíces originarios de México pueden convivir en una agricultura moderna".
Bob Reiter, director de I+D en Bayer, argumenta: "Los agricultores mexicanos, al igual que los estadounidenses y brasileños, quieren tener éxito, y saben que la innovación les ayuda a lograrlo".
Las condiciones climáticas cambiantes en México hacen indispensable el uso de ciencia y tecnología para asegurar la producción alimentaria. Bayer está desarrollando maíz de baja estatura y nuevas soluciones para el control de plagas.
Frank Terhorst, líder global de Estrategia y Sustentabilidad de la División Crops Science de Bayer, revela: "Nuestra estrategia se centra en enfrentar los desafíos globales de alimentación y sostenibilidad. Prevemos lanzar diez productos en los próximos diez años, con un potencial de ventas de más de 32,000 millones de euros".
Bayer está explorando nuevas sustancias herbicidas para abordar preocupaciones ambientales y regulatorias, demostrando su compromiso con prácticas agrícolas más sostenibles.
La empresa impulsa una estrategia de agricultura regenerativa con el objetivo de producir más con menos, alineándose con las necesidades globales de alimentación y sostenibilidad.
Por ende, el Centro de Innovación de Bayer en Marana representa mucho más que un avance tecnológico. Es un símbolo de la tensión entre innovación y tradición en la agricultura mexicana. Mientras Bayer continúa desarrollando soluciones de vanguardia, el debate sobre el futuro del maíz en México sigue abierto. La clave para el éxito futuro podría residir en encontrar un equilibrio entre la preservación de la rica herencia agrícola de México y la adopción de tecnologías que permitan a los agricultores enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Fuente: Expansión